LA JUSTICIA INVESTIGA YA A LÓPEZ MIRAS POR COHECHO

Javier Sánchez Serna. Coordinador de Podemos Región de Murcia. Javier Sánchez Serna. Coordinador de Podemos Región de Murcia.[/caption]

Fernando López Miras y Teodoro García Egea, el presidente regional y el secretario general del PP, llevaban tanto tiempo llevando el cántaro a la fuente que alguna vez había de romperse. A la tercera fue la vencida.

En marzo salvaron la moción de censura con una maniobra de compra de voluntades, pero la Fiscalía decidió lavarse las manos. Así es como la Asamblea, sin el amparo de la justicia, ha quedado convertida en un lodazal indigno: lo primero que aprobaron los tránsfugas fue eliminar el límite de mandatos para que López Miras pudiera presentarse a las elecciones ‘ad perpetuam’; lo último, retirar la reforma del Estatuto para que el Congreso no pueda votar ninguna enmienda. Es el Estatuto de los murcianos y deciden los murcianos, dice López Miras, haciendo suyas las tesis del nacionalismo catalán de Puigdemont y Torra.

En mayo el PP también se libró por los pelos. El fiscal Díaz Manzanera consideró probado que altos cargos de la Comunidad Autónoma se habían saltado la cola de las vacunas, pasando por delante de ancianos y personal sanitario. Decidió sin embargo que no había responsabilidad penal, aunque el robo de vacunas pudiera suponer “reproche político, social o ético”. Parece que ser un sinvergüenza no es ilegal y pulpo es animal de compañía, al menos en esta tierra.

A López Miras también se le ha visto saltándose las normas covid y brindando con tropecientas personas en el Púlpito, mientras el resto cumplíamos a rajatabla. Después de tanta impunidad, tal vez piensa que está por encima de la ley y que tiene barra libre. Por eso el pasado 14 de abril fue sorprendido con las manos en la masa, mientras mediaba con Teodoro García Egea y el secretario general de la Consejería de Salud, Andrés Torrente, para colar a un familiar de Teodoro.

Ninguno de los protagonistas ha desmentido que fuera así, porque las imágenes son evidentes. En lugar de eso se han dedicado a perseguir a los medios que destaparon el escándalo y han amordazado a la prensa regional, prohibiendo a los fotógrafos la entrada en los Plenos de la Asamblea. Cuando un gobierno ataca la libertad de prensa es que ha traspasado ya todas las líneas rojas.

La última de estas líneas es jugar con la vida humana. Cuando se cuela a un familiar o allegado para una operación, se hace en perjuicio de otra persona que la necesitaba de forma urgente. Y es que estos trapicheos cuestan vidas: esta misma semana 2 cirujanos de La Arrixaca denunciaban la manipulación de las listas de espera y la muerte de hasta 30 personas en los últimos años. Ahora la justicia investiga ya a López Miras por ser presuntamente parte de este sistema.

Artículo publicado originalmente en el diario La Verdad de Murcia el jueves 9 de noviembre de 2021.