Podemos exige medidas para limitar y adaptar medioambientalmente los puertos deportivos en el Mar Menor

Andrés Pedreño, diputado regional, ha señalado que la protección y el cuidado del Mar Menor también pasa por “evitar la proliferación de puertos deportivos, fondeaderos informales y embarcaciones a motor. Hay una altísima concentración de instalaciones portuarias y han crecido los amarres informales debido al precio de los puertos deportivos”. Según Pedreño, en el Mar Menor hay una concentración de puntos de amarre de embarcaciones que supera al que hay en todas las Islas Baleares.

Por ello, la moción de Podemos, aprobada en la Asamblea Regional, pide que no se concedan nuevas licencias en la laguna y su entorno y que no se puedan ampliar las dársenas existentes debido a que ya hay “un intenso transporte marítimo de embarcaciones a motor”.

Pedreño ha explicado que la iniciativa de Podemos también solicita que se haga un inventario de los fondeos ilegales actuales y “reemplazar las estructuras instaladas de forma artificial, tales como muertos, cadenas, etc, e instalar otro de tipo de sistemas más respetuosos y que permitan a los propietarios de pequeños barcos amarrar”.

Además, el Grupo Parlamentario Podemos quiere que se impulse la adecuación ambiental de los puertos que hay en el Mar Menor para disminuir el riesgo de posibles vertidos y contaminantes procedentes de los mismos así como de las propias embarcaciones. Aparte, se demanda que haya una evaluación de la incidencia del tráfico marítimo y los riesgos asociados a la navegación y transporte de mercancías y personas.

El diputado regional, Andrés Pedreño, ha subrayado la importancia de conocer cuál es exactamente “la capacidad de carga de la laguna para las instalaciones portuarias. Sin un análisis de estas características seguirá habiendo un descontrol que ha provocado que hasta ahora no se ajuste la actividad portuaria a lo que puede sostener el Mar Menor. De ahí, que la densidad de puertos deportivos también tenga culpa del estado ecológico de las aguas por la contaminación vinculada a los vertidos de las embarcaciones a motor. Algo que también convierte a las playas situadas a sus lados en zonas fangosas y malolientes que ahuyentan al turismo de calidad”.