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La LGTBIfobia no es neutral

María Marín, portavoz de Podemos en la Asamblea Regional de Murcia

La LGTBIfobia no es neutral

Que a la extrema derecha no le gusta la diversidad es algo bien conocido. Les sobran las personas LGTBI, las feministas, las personas con discapacidad y un largo etcétera que llega hasta los 26 millones de españoles y españolas que habría que fusilar, según afirmaban militares ultras en un chat.

Ayer, Vox trató de romper el marco de convivencia y respeto en la Región de Murcia. A pesar de que la Ley LGTBI aprobada en 2016 por unanimidad en la Asamblea Regional establece que la bandera del arcoíris ondeará en su fachada y en la sede del Gobierno regional los días 17 de mayo y 28 de junio, el grupo de ultraderecha intentó aprobar nada menos que un régimen sancionador para aquellos funcionarios o cargos públicos que “rompan la neutralidad ideológica”. Confunde Vox la neutralidad con la equidistancia. Es evidente que las instituciones no pueden ser neutrales ante la LGTBIfobia. Y también es evidente que solo alguien que no respeta a las personas LGTBI puede considerarse atacado o agredido por una bandera que no es en ningún caso ideológica. El respeto no es opcional y el odio no es una ideología.

 

La intentona de Vox para desterrar los símbolos LGTBI no es nueva, original o autóctona. No es ni más ni menos que un copy-paste suavizado de la legislación que Putin implantó en Rusia hace una década y que países como Polonia o Hungría han introducido dentro de las fronteras de la UE. En esos estados de corte ultraconservador, se persigue lo que consideran “propaganda LGTBI”, es decir, la visibilización de que existen otras sexualidades además de la heterosexual. Para Vox y para Orban o Putin, educar en diversidad es adoctrinar.

La bandera del arcoíris no va contra nadie, pero sus detractores sí tratan de devolver a los armarios a quienes, tras siglos de represión, viven su sexualidad en libertad. Pretender poner en igualdad de condiciones, como si fuesen dos opciones igual de válidas, a quienes trabajamos por el respeto a la diversidad y a quienes atacan a las minorías, es una aberración. Para la ultraderecha, respetar a las personas LGTBI es un asunto ideológico, opcional e incluso sancionable. Afortunadamente, no es así para la Constitución Española y la legislación autonómica, que establecen que los poderes públicos velarán por la no discriminación.

Ayer Vox intentó que la Región de Murcia volviese a verse en blanco y negro. Por eso le llevé hasta el pleno una bandera repleta de colores, de vida y de futuro. De los ciudadanos y ciudadanas depende elegir qué región quieren. Nosotros y nosotras, desde luego, apostamos por contar con toda la diversidad del arcoíris y por el respeto, por la paz y por el amor. En derechos, ni un paso atrás.

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Artículo publicado originalmente en el diario La Verdad de Murcia el jueves 26 de mayo de 2022.