26 Mar 2020 ANTE EL CORONAVIRUS: PROHIBIDO OLVIDAR
Un terrible virus, el Covid-19, nos ha golpeado a todos y ha cambiado nuestras vidas en diez días. Es en estos momentos cuando sale a la luz lo mejor y lo peor de las personas. También de los gobernantes y de los países. La respuesta a la crisis de 2008 rescató a los bancos y dejó a la intemperie a 4 millones de compatriotas que perdieron su trabajo y a 600.000 desahuciados. Fue la lucha de la gente, el cuerpo a cuerpo a las puertas de las casas, la que arrancó conquistas como las daciones en pago obtenidas.
Hoy, ante este nuevo y brutal golpe, la respuesta ha sido bien distinta y la consigna muy clara: primero, las personas. Que no se quede nadie atrás. Ya el 10 de marzo, cuando la mayoría de los países europeos rechazaba paralizar la economía, Pablo Iglesias llevó al Consejo de Ministros esa medida. Primero la vida. Hoy seguimos insistiendo en la necesidad de restringir toda actividad no esencial. Solo fanáticos de ultraderecha, como Bolsonaro o Trump, han decidido sacrificar la vida de decenas de miles de personas para calmar a los inversores. Sus pueblos se lo harán pagar.
Con el objetivo parcialmente conseguido de proteger a las personas en sus casas, quedaba amortiguar otro golpe: el económico. Que nadie se quede atrás significa eso: que ningún trabajador, que ninguna empresa, que ningún autónomo, que ninguna persona vulnerable pague los platos rotos por el maldito covid-19.
Donde se cierra una puerta debe abrirse una ventana. Una ventana a los trabajadores de las empresas que han parado, que recibirán del Estado el 70% de su nómina gracias a la flexibilización de los ERTEs. Una ventana también a las empresas para que puedan salir adelante, descargándolas de nóminas y facilitando 100.000 millones de euros en avales públicos. Otra ventana a los autónomos, a las que se concede una prestación del 70% de su base de cotización y se exonera de la cuota.
Muchas ventanas y mucho por hacer todavía. Una moratoria de alquileres, tal y como se ha conseguido con las hipotecas. También una renta mínima para las personas que antes del coronavirus ya vivían con lo justo. Medidas por las que Unidas Podemos está peleando con todo.
No es ninguna metáfora. Ahora mismo se libra una batalla feroz para ver quién paga esta crisis: el pueblo o los supermillonarios. Esos nuevos filántropos que hasta ayer tributaban en paraísos fiscales. Hay muchísimo dinero en juego. Por eso se redoblan los ataques y bulos contra Pablo Iglesias. Detrás están los mismos que nos hicieron pagar la crisis de 2008. Queda prohibido olvidar, como cantaba Rubén Blades. Mira quien te defiende. Si tú no usas la cabeza, otro por ti la va a usar.
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Artículo publicado en el diario LA VERDAD del jueves 26 de marzo de 2020.